Bárbara
Tuve
la suerte de estar becado en SUMA, un hospital de día modelo.
Bárbara
tuvo la suerte de que su padre lo pueda pagar.
Como
es conocido, los pacientes del Borda o el Moyano siempre piden cigarrillos, acá
no.
Salvo
Bárbara, que no se va a andar fijando en eso de la jerarquía de las
instituciones.
Muchas
veces pide uno y al momento otro, antes de fumar el primero.
Generalmente
los pide con una mirada fija, penetrante, y un notorio nerviosismo.
Desde
que cayó de la terraza del tercer piso, sin saber cómo llego, ni que hacia
allí, le molestan muchísimo los dientes, todo el tiempo, desde ya hace un par
de años.
¡Como
para no estar nerviosa la pobre!
Le
puedo asegurar que detrás de esa mirada penetrante y ese nerviosismo.
Hay
un ser hasta frágil de tanta ternura.
Si
en una de esas la cruza por la calle, no se asuste, ni se fije en esas
pequeñeces.
Solo
convídele un cigarrillo.
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