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martes, 16 de junio de 2015

EL AMOR pagina once

El amor     

El amor no es siempre igual.
Se transita distinto según las circunstancias, lugares y tiempos en que toca vivirlo.
No es igual el amor en Suecia que en la villa 31, (supongo).
No sería igual el amor en época del bienestar europeo que en momentos de crisis, donde se pierde la casa y el trabajo.
Me pregunto...
¿Cómo sería el amor en un campo de concentración?
¿Cómo será en la esclavitud, que todavía existe?
¿Cómo es amar en tiempo de paz y como es en tiempo de guerra?
¿Cómo fue amar en el Mayo Francés?
En el loquero el amor es un sostén mutuo, casi adolecente, robando un beso a la escondida entre las rejas que separan los pabellones, que no te agarre la enfermera ni la cámara de seguridad.
Amar no está permitido en el neuropsiquiatrico.
En el afuera es distinto, por ejemplo en el hospital de día es motivo para plantearlo en terapia de grupo, alegría de los compañeros y muestras de que el amor también sana.
No me estoy refiriendo al amor que puede oler a patas, que amanece con mal aliento, que hay momentos de que tenes ganas de estar solo aunque sea un rato, ¡no!..
Hablo de la primera etapa, que no siempre avanza más allá, hablo del enamoramiento.
De ese momento que no podes dejar de pensar en el otro, que todo es perfecto.
El momento que la lívido se va hasta las nubes y se alborotan las neuronas.
Mencione el amor en el hospital de día y como sana, me detengo un ratito en esto.
Momento muy difícil para el amor este, motivo de angustia de casi todos, sentís que la falta de amor y de trabajo te separa de la normalidad.
Te levantas, pasas el día en terapia, regresas y te dormís antes de las diez, sin contar que estas enfrascado en tu dolencia… y en el pastillero.
Si logras conocer a alguien en estas circunstancias sos Mandraque el mago...
Y no hay magia saliendo de una crisis psiquiátrica.
Los casos que conocí fueron entre pares, ósea entre compañeros de hospital.
Ese es un antes y un después, cambia completamente el paciente, el dolor se va retirando derrotado, la sonrisa se adueña de la boca.
La mente reconfortada comienza a ver todo distinto, todo mejor, comienza a verse una salida.
Lorazepam, Risperidona, Quetiapina, Halopidol, Clonazepan, Litio... y el amor.
Propongo a la ciencia se lo incorpore al vademécum,
¿Hay psicofármaco mejor?




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