Pase
1
No
sé, que cantidad de trabajos tuve, ¡muchísimos!, infinidad.
Tenía
la necesidad de cambiar constantemente.
Me
aburría, el record, de cadete en una oficina, tres horas de trabajo y me fui
presentando la renuncia correspondiente ante la mirada atónita de mi jefe.
Creo
que hice de todo en mi vida, fui albañil, jardinero, playero en estación de
servicios, telefonista, vendedor ambulante, tornero, almacenero, lazarillo de
un ciego, recepcionista, techista, animador de fiestas.
Pasando
por metalúrgico, repostero, ferroviario: ¡que lastima!, hubiese sido rey de
basto o polizón y tendría un tango propio.
En
síntesis el único trabajo que nunca hice fue ser constante.
Hasta
que mi psiquiatra soluciono todo de un plumazo.
Me
galardonaron con un certificado de discapacidad.
El
cual de puro presumido muestro a todo colectivero y de paso no pago el boleto.
Pase 2
Con
mi pase ahorro veinte pesos por día en transporte.
Esto
da que de lunes a viernes, (días en que yo viajo), mi ahorro es de cien pesos.
En
un mes el monto es de cuatrocientos cuarenta pesos.
En
un año cinco mil doscientos ochenta.
Suponiendo
que viviera treinta y cinco años más, (sería una edad promedio), esta suma
ascendería a ciento ochenta y cuatro mil ochocientos pesos.
Con
una lata grande que encontré me hice una alcancía, "al pedo", ya que
al no disponer de dinero no es que yo ahorro cuando viajo, simplemente no pago
el boleto.
Señor
empleado público que me hablo de las bondades de mi ahorro cuando me extendió
dicho pase, quiero decirle que sus palabras no fueron ciertas.
A
mis hijos, la herencia de treinta y seis mil dólares que prometí dejarles,
quiero avisarles, temo no va a ser posible.
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