Compañero
Oscar
¡Cómo
voy a extrañarte Negrito!
Las
horas de charla en el bar de Antonio, tus anécdotas de Rió Turbio.
Tus
viajes en el Pingüino atando y desatando la puerta con alambre por toda la
Patagonia hasta Retiro.
Tus
enseñanzas y tú moral revolucionaria.
Desde
tu juventud obrera en el Cordobazo nunca dejaste de luchar por la clase.
Siempre
con alegría, a pesar que la vida te golpeo de la forma más dura que se puede
golpear a un ser humano.
Siempre
tenías un chiste y una sonrisa al saludarme en el local.
¡Cómo
voy a extrañarte Negrito!
Me
duele el corazón, hoy te fuiste, amigo, compañero.
Ejemplo
para la juventud partidaria de hoy y los que se sumaran mañana a construir este
partido al que le dedicaste tu vida.
Es
difícil encontrar palabras para saludar tu grandeza.
¡Negrito,
amigo, compañero Oscar!
¡Hasta
el socialismo siempre!
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