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viernes, 31 de julio de 2015

COMPAÑERO OSCAR pagina 32

Compañero Oscar

¡Cómo voy a extrañarte Negrito!
Las horas de charla en el bar de Antonio, tus anécdotas de Rió Turbio.
Tus viajes en el Pingüino atando y desatando la puerta con alambre por toda la Patagonia hasta Retiro.
Tus enseñanzas y tú moral revolucionaria.
Desde tu juventud obrera en el Cordobazo nunca dejaste de luchar por la clase.
Siempre con alegría, a pesar que la vida te golpeo de la forma más dura que se puede golpear a un ser humano.
Siempre tenías un chiste y una sonrisa al saludarme en el local.
¡Cómo voy a extrañarte Negrito!
Me duele el corazón, hoy te fuiste, amigo, compañero.
Ejemplo para la juventud partidaria de hoy y los que se sumaran mañana a construir este partido al que le dedicaste tu vida.
Es difícil encontrar palabras para saludar tu grandeza.
¡Negrito, amigo, compañero Oscar!

¡Hasta el socialismo siempre!

miércoles, 29 de julio de 2015

DÍAS Y DÍAS pagina 31


Lunes.
Me levanto temprano.
Preparo el mate.
Tomo las pastillas.
Despierto a Hebe.
Le sebo mates.
Se va a trabajar.
Me ducho.
Despierto a Martin.
Le preparo la leche.
Me voy al hospital de día.
Llego, tomo las pastillas.
Hago las actividades.
Tomo la merienda.
Y las pastillas.
Vuelvo a casa.
Preparo la comida.
Pongo la mesa.
Cenamos.
Tomo  las pastillas.
Me voy a dormir.
Mañana será lo mismo.
¡Pienso!
Sería mejor,
algunos días,
sacarle fotocopias

lunes, 27 de julio de 2015

DESGRACIA ANIMAL pagina treinta

Desgracia Animal   

Antes de que cante el gallo me negaras tres veces, así comenzó todo.
Si se te cruza un gato negro, ¡sonaste!, trae mala suerte.
Si cantan los sapos, anunció que va a llover.
Si la cantante es la chicharra, habrá calor.
Si lloran los perros, seguro en el barrio alguien murió.
Si te caga una paloma, ¡alégrate!, augurio de buena suerte.
Una paloma que andaba al pedo, se posó en la chimenea del vaticano,
justo antes que saliese el humo blanco.
¡¡¡Mensaje de dios!!!
¡El Papa es latinoamericano!
Que desgracia la de los animales.
No poder hacer una vida tranquila sin temor a que un paso en falso,
un descuido, se convierta en simbología humana.
Estimados animales: contra este estigma vaya de mí un consejo,
lleve siempre a mano, una pata de conejo.



viernes, 24 de julio de 2015

LA PAVA pagina veintinueve

La Pava        

La pava, que objeto fiel e imprescindible la pava.
Irremplazable a la hora del mate.
Se tratara de desmentirme argumentando que también se usa el termo.
Es cierto, pero el termo necesita de la pava para ser llenado.
O te imaginas llenarlo con una olla o con un jarro.
Esta tarea se volvería por demás complicada.
Si lo logras, imagínate en el crudo invierno llenar la bolsa de agua caliente, por su fina boca con una sartén.
El tozudo de mi tío Echandi lo intento y fue derecho al instituto del quemado.
Nunca más se volvió a saber de él.
En este caso la pava es irremplazable, se convierte en un instrumento de precisión.
A ciencia cierta no se sabe cómo se reproduce, ya que no tiene masculino.
El pavo es un animal de una especie completamente diferente.
Hay pavas de varias formas y tamaños.
Esta la más conocida, la de aluminio, que se aconseja frotarla con virulana los domingos, para que luzca por si llegan visitas.
Están las coquetas, de vivos colores, con una tapita en el pico.
Las cuales el ferretero antes de venderlas les enseña a silbar, para que avise cuando el agua está a punto para el mate.
Están las chiquitas de campamento, siempre negras de hollín.
Si llegara a estar limpia corres el riesgo que te echen del camping por extravagante.
O por lo menos que los de las carpas vecinas te miren mal y murmuren por detrás.
La lista podría ser interminable de las formas y bondades de esta fiel compañera.
-¡Mujer! Si algún pavo, con intención de ofenderte te llama "Pava". 
¡Alégrate! ¡Que dignificante ofensa!


miércoles, 22 de julio de 2015

SOLEDAD pagina veintiocho

Soledad    

Estar solo de vez en cuando, necesito momentos de soledad.
Escucho música, limpio la casa, cocino, escribo, pinto.
Hago cualquier actividad, o ninguna, disfrutando inmensamente ese momento en mi compañía.
Por ese motivo me levanto temprano, antes que salga el sol.
Me gusta tomar mate con el silencio de la madrugada, mientras fumo un par de cigarrillo sin que nadie me lo reproche.
Sin embargo otras veces me siento solo y no me agrada.
Estoy con mi familia, amigos y no me alcanza.
No importa la cantidad de personas presentes para sentirme solo.
Como dicen no es lo mismo estar solo que sentirse solo.
Esto es así aunque sea una frase hecha.
En esos momentos me angustia la soledad, se me torna insoportable.
Esta soledad oprime el pecho hasta el dolor.
¿Sera este gataflorismo un anexo de mi bipolaridad?


lunes, 20 de julio de 2015

LOS RECUERDOS pagina veintisiete

Los Recuerdos   

Uno revive las historias de su vida cuando las cuenta.
Incluso las distintas narraciones de un hecho van cambiando,
transformándose a medida que uno las cuenta una y otra vez.
Van cambiando detalles, sensaciones, sentimientos.
Historias no tan agradables pueden transformarse en algo risueño.
Así también cosas que en su momento fueron buenas ahora puede parecernos no tanto.
Las historias toman mucho de nuestro estado de anímico al momento de contarlas.
A alguien a quien castigaron físicamente en su niñez, puede unas veces contarlo en una rueda de amigos como anécdota graciosa, -¡ZA! Esa vez que hice tal cosa y mi vieja me fajo. O en otra circunstancia decirlo con dramatismo.
A propósito de los recuerdos, me viene a la memoria mi viaje a Bariloche de hace ya muchos años.
De los que alguna vez pudieron viajar al sur, aparte de los paisajes que quedan como pegados en las retinas, recordaran algunas anécdotas.
Seguramente muchos recuerden haber comido frutillas silvestres en su paso por Bariloche o El Bolsón.
En este caso el pesimista recuerda las frutillas más ácidas que comió en su vida.
El indiferente que comió unas cositas rojas casi sin gusto.
El optimista las frutillas más dulces que jamás haya probado.
El maníaco depresivo, las dulces, las ácidas, las dulces, las ácidas, las dulces, las ácidas...


viernes, 17 de julio de 2015

HOSPITAL BORDA pagina veintiseis

Hospital Borda    

Recuerdo ver en las películas de guerra, a los hospitales con una cruz roja pintada en el techo.
En el día de ayer, el hospital Borda amaneció pintado con un círculo de tiro al blanco.
Con una fuerte represión, que dejó un saldo de  cuarenta heridos y siete detenidos, fue derrumbado el taller protegido 19 del hospital.
Funcionarios del gobierno nacional, se rasgaban las vestiduras por el salvajismo del gobierno de la ciudad.
Pero la realidad es que tanto los legisladores Macristas como los Kischneristas, aprobaron el presupuesto para la construcción de un Centro Cívico en los terrenos del Borda.
Digo esto porque si no es fácil, tome tres pelotitas y péguele al gorila.
En este caso la responsabilidad es compartida.
¿Para qué sirve un taller en el loquero?
Cuando estas internado, esperas ansioso el momento de hacer alguna actividad que te distraiga.
Ya sea teatro, alguna manualidad como collarcitos de mostacilla o carpintería, cosa que hacían los internos en el taller protegido.
Esto te conecta con la vida, no es moco de pavo.
En los jardines del Borda funciona la conocida radio La Colifata.
Esta tiene unos siete millones de oyentes de todo el mundo, primera hecha por pacientes psiquiátricos, experiencia seguida y tomada por clínicas y hospitales Europeos.
Por arrebatar todo esto va el gobierno, hoy los pacientes del Borda deambulan por los escombros.
Recuerdo algunos datos de este hospital destruido, abandonado, y me pregunto ¿dónde va el presupuesto?
Se destinan al Borda 124 millones de pesos anuales para su funcionamiento.
Tiene una población de 1400 internos.
Esto es  pesos más pesos  menos, 7830 mensuales por paciente.
Con esta cifra cada uno de los internos podría vivir en un hotel de cuatro estrellas en el centro de Buenos Aires.
O mejor aún en una casa a razón de cinco internos por cada una, con un profesional que les brinde  una atención personalizada.
De este modo poder tener un contacto con la sociedad, cosa que la mayoría de los internos del Borda está en condiciones de tenerla si no viviesen todo el día drogados.
Sin embargo viven amontonados en un sector de un hospital, el resto de este se encuentra destruido.
¿Habrá algún interés que yo no veo para tenerlos apiñados?



miércoles, 15 de julio de 2015

Mi alta en el hospital pagina veinticuatro y veinticinco

Mi Alta en el Hospital 

Hace varios años me diagnosticaron que mi cabeza navega entre dos polos.
Ir a la psicóloga todas las semanas no era problema, cualquiera puede hacer terapia.
Ir al psiquiatra es otra cosa, esto significaba que había una patología, más cuando te llena de pastillas.
No comprendía y negaba mi enfermedad, ni podía comprender en que podía ayudarme la psicóloga hablándome semanalmente, me imaginaba a la curandera que sana la culebrilla de palabra.
Pronto abandonaba la medicación, ayudaba mucho que esta significaba la mitad de mi sueldo, aunque al principio la compraba igual pero sin tomarla, así agrandaba mi stock.
Elegía automedicarme con tres tintos de 3/4 a la semana, concurría a la terapia religiosa y formalmente sin contar nada de esto, nada más cierto que uno está loco pero no come vidrios.
Pronto venia una crisis y con ella todas las pastillas juntas regadas con un buen vino, si iba a ser el último que no sea un toro viejo.
Pero nunca fue el último, claro, morirse no es para cualquiera.
Internación, ajuste o cambio de medicación, a veces cambio de psiquiatra, el que no cambiaba era yo, unos meses y otra vez lo mismo.
En la última crisis después de dos meses de internación, mi nueva psiquiatra indica agregar al tratamiento asistir al hospital de día.
Así llegue a proyecto Suma, sumamente asustado por cierto, este lugar estaba lleno de locos, todos locos menos yo.
Muchas actividades, muchos terapeutas, me dije ¡chau!, estas rodeado, estas hasta las manos.
En poco tiempo fui encariñándome con mis compañeros, comencé a comprender sus dolencias y con la de ellos la mía.
En ese momento para mí, cuatro eran multitud y me incomodaba estar con gente, salvo en el hospital que estaba en grupo de veinte y lo disfrutaba.
Poco a poco fui trasladando esto afuera y pude socializarme.
En unos meses me reía de la locura, jugaba a estar loco y cuerdo a la vez.
Por fin acepte tener un certificado de discapacidad, y mi obra social tuvo que hacerse cargo de los dos mil pesos mensuales de mi medicación, aliviando mi magra economía.
En todo este tiempo trate de ayudar a mis compañeros y ellos a su vez me ayudaron a mí.
Con los profesionales como nexo, no les voy a quitar protagonismo.
El poder aceptar mi enfermedad, por lo tanto no abandonar la medicación diaria, como un insulino dependiente o tantos otros enfermos crónicos, hizo una gran diferencia.
Aunque cada tanto me revele y la medicación quede en el pastillero, esto puede pasar un día, pero al otro vuelvo a mi normalidad en comprimidos.
Así en el hospital, sin casi darme cuenta, jugando en teatro, literatura, arte o musicoterapia, entre otras cosas, fui armándome un andamiaje que permite sostenerme cuando tengo problemas, (quien no los tiene).
Dos años y dos meses después obtengo el alta en Suma, a partir de ahora psicoterapia individual por semana y psiquiatra una vez al mes solamente.
Más de dos años sin tomar todas las pastillas juntas, sin agrandar innecesariamente la cuenta del gas por abrir la llave, más de dos años sin alcohol, ¡guau!, que logro.
Agradezco a mis compañeros por esto, a todos esos locos lindos que me llenaron de ternura.
A los profesionales que me atendieron tan bien, siguiendo mi proceso con un empujoncito cada  tanto para que pueda dar un paso más y seguir avanzando.
A proyecto suma por su función social, ya que estuve becado por no contar con recursos para pagarlo.
Si vos estas comenzando un tratamiento, te sugiero transitarlo sin miedo, te aseguro vale la pena.
Mira, acá estoy, no puedo trabajar pero si socializarme, tengo amigos, algún rebusque desde casa que permite pagarme los cigarrillos, dedico mucho tiempo al jardín y lo disfruto, pinto, escribo, la enfermedad no me impide nada de esto.
Como soy coqueto mientras ando,  pienso, estaré más loco de lo que parezco, o pareceré más loco que lo que estoy, mi preferencia es por la primera, si me dan a elegir prefiero nunca mostrar la hilacha.
Pero pensándolo bien loco, loco, esta mi primo Julio, que siempre en las elecciones corta boleta Macri-Zamora, haciéndome recordar mis dos polos.




domingo, 12 de julio de 2015

LAS SANDALIAS DE MI TÍA pagina veintitres

Las sandalias de mi tía

Ayer por la  mañana mientras tomaba mates, escuche la noticia que mujeres de pie grande exigían se apruebe la ley de talles con relación a los zapatos.
Señoras que calzaban más de cuarenta y uno, “mujeres que pisan fuerte”, lo titularon.
Para mi dicha ley es importante y me retrotrae a mi infancia con un problema familiar referido a este tema.
Mi tía Chunga era poseedora de un cuerpo voluminoso y el pie lo acompañaba, calzaba cuarenta y cuatro.
Por este motivo tenía que comprarse mocasines de hombre.
Ella estaba deseosa de usar sandalias, cosa que no hacía desde sus doce años.
Tanto fastidio que mi tío Checa, ya en otra oportunidad conté que era el habilidoso de la familia, con una cuchilla afilada y mucho cuidado, corto la punta de los mocasines.
Ella estaba chocha con sus sandalias nuevas, pero de coqueta que era y no se conformaba así nomás, se le ocurrió que las quería de taco aguja.
Con toda la paciencia mi tío Checa corto un palo de escoba, hiso como dos toc- toc de quince centímetros y le clavo uno a cada sandalia.
La llamo y se los dio para que se los probara.
Sentada en el banco del patio se los calzo.
En cuanto se puso de pie, sus ciento veinte kilos no pudieron hacer equilibrio en dos palitos de dos centímetros de diámetro.
Las piernas se les abrieron en forma de paréntesis, al grito de jusjujuaju juaju como Larguirucho, cayo de trompa al piso.
Estaba tan fascinada con sus sandalias de tacos que las usaba en la cocina, podía caminar alrededor de la mesa sosteniéndose de esta.
Se soñaba en una fiesta, bajando por una escalera de mármol, con un vestido largo y sus sandalias de taco aguja.
Para ir al baño lo llamaba a mi tío, quien la llevaba de un brazo, lo mismo para ir a la cama por la noche.
Una tarde mi primo Julio, (en ese tiempo tenía ocho años), andaba por el patio en la bicicleta que le habían traído los reyes.
Todavía no había aprendido a andar, por eso mi tío Checa lo vigilaba desde el banco.
Mirándolo fue como se le prendió la lamparita.
Por más que mi primo lloro, le saco las rueditas de sostén a la bicicleta y se las atornillo una a cada lado de las sandalias.
-"Es hasta que tu madre aprenda a andar sola", lo consoló.
Es así como salían a pasear mis tíos, la Chunga en sus sandalias con rueditas, del brazo de su esposo.
Mi primo Julio caminaba a un costado llevando su bicicleta a mano.




viernes, 10 de julio de 2015

MATRIMONIO IGUALITARIO pagina veintidos

Matrimonio Igualitario

Lo primero que tengo para decir es que está muy bien que todos/as tengamos los mismos derechos.
Aplaudo esta reivindicación lograda, aunque no tenga ganas de volver a casarme en ninguna de sus variantes.
Dicho esto, que es poco pero no formal, paso a detallar algunos problemas que veo.
Cae de maduro el chiste fácil, si es igualitario te corresponde fumarte una suegra.
Pero hay cosas que se pueden poner jodidas de verdad.
Si tomamos la experiencia del 99% de los matrimonios convencionales, uno/a es quien trabaja y al volver a su casa limpia, cocina, plancha, etc.
Mientras el otro/a mira la tele y hace huevo. Solo cumple con su trabajo fuera de la casa.
A uno de los/as por la noche puede que le duela la cabeza, el otro/a tenga que dormirse refunfuñando.
Tal vez te remuerda la conciencia al haber jurado fidelidad eterna, cuando te caiga la baba por el chongo o la diosa de la esquina.
Te comprometiste a acompañarlo/a, tanto en la enfermedad como en la adversidad.
Así que a no chillar cuando te rompan los quinotos/as por un dolor de panza/zo, o porque lo/a cago a pedos el jefe/a.
Juraste hasta que la muerte los/as separe.
¡Chau!, ¡Te empeñaste de por vida!
Es probable que a los pocos meses de casados/as, salgas a caminar con un maletín en la mano, a las dos de la madrugada por Fuerte Apache, con la esperanza de tener suerte y alguien te raje un tiro.
No digas que no te lo avise.
Ya conseguida la reivindicación, en el registro civil al momento de la pregunta final, de quiere por esposo/a, podes contestar, ¡NO!, ¡ahora no quiero!
De paso dejar culo pal norte a más de un curita desprevenido.




miércoles, 8 de julio de 2015

JUGANDO A LA ESCONDIDA. pagina veintiuno

Jugando a la Escondida   

Donde estarás muerte amiga.
Cuando estoy lleno de afectos.
Cuando urgen mis proyectos
Cuando vivo el día a día.

Donde estarás muerte amiga.
Cuando estoy lleno de sueños.
Cuando el corazón esta risueño.
Cuando me inunda la alegría.

Donde andarás mi muerte amiga.
Cuando siento, no hay salida.
Cuando amanece gris el cielo,
antes que despunte el día.

Donde andarás mi muerte amiga.
Cuando se me nubla el pensamiento.
Cuando no alcanza la ternura.
Cuando jamás termina el día.

Donde andarás mi muerte amiga.
Cuando aprieta la garganta.
Cuando siento el pecho estalla,
de albergar tanta agonía.

¿No serás vos?
Mi muerte amiga.
Agazapada en mí pecho.
Disfrazada de amargura.

¿No serás vos?
Mi muerte amiga.



lunes, 6 de julio de 2015

PARA MI AMIGO SEBASTIÁN, pagina veinte

Para mi Amigo Sebastián

Ya seis meses que te fuiste.
Mira vos, me parece un siglo.
Cuando se extraña el tiempo pasa tan lento.
Vos no querías irte, pero no tuviste más remedio.
Eso es lo que más bronca me da.
Fuiste al hospital porque te dolía el estómago.
Te dieron un Sertal, yo hubiese hecho lo mismo.
Que más para un dolor de panza.
A los dos días me dijiste que seguías igual, que volvías al médico.
Esa tarde me llamo tu mama para avisarme.
Que rabia tengo Seba, tantas ganas de vivir y un dolor de estómago te viene a ganar a los veintisiete.
Ese día llore un rato nomas, estaba acompañado por una psicóloga del hospital.
Después estuve triste, discúlpame si fui descortés.
Es que la vida te va haciendo callos en el alma y ya ni ganas de llorar te queda.
Esto no es común, a la mayoría se le mueren los amigos en el centro de jubilados.
Pero qué se yo… Me pasan estas cosas y se me amontona la tristeza.
Hoy sí, me levante acordándome de vos y no puedo parar de llorar.
Te recuerdo siempre, a veces cosas lindas que vivimos, prefiero recordarte vivo pero no siempre lo logro.
Hay veces que me retumba en la cabeza la vos de tu mama.
No me gusta que un dolor de panza te pueda haber vencido en dos días.
La pucha, y vos con tantas ganas de vivir.
Seis meses ya.
Mira vos, me parece un siglo.
Cuando se extraña el tiempo no pasa.
Hoy brindo por vos Seba.
Brindo por la amistad.
Esa amistad siempre presente sin estar.



viernes, 3 de julio de 2015

MATEMÁTICAS pagina diescinueve

Matemáticas

No sé en qué momento comenzó, pero tengo una manía, entre otras, la manía de contar.
Esto ocurre inconscientemente varias veces al día.
Les puedo decir que el tren Roca entre las estaciones de Adrogué y Plaza Constitución tarda tres minutos por estación.
Esto lo tengo comprobado fehacientemente, ya que llego a contar hasta 180 a ritmo de segundero entre una parada y la otra.
Salvo de Hipólito Irigoyen a Constitución que tarda cinco minutos, allí la cuenta asciende a trescientos.
El subte de Buenos Aires tarda un minuto y medio.
Lo sé con el mismo método, la cuenta siempre llega a noventa.
Desde mi casa hasta la panadería hay 162 pasos, este dato es completamente irrelevante pero igual lo tengo incorporado.
Esto me brota a pesar mío, sin quererlo, de tal modo es inconsciente que la cuenta muchas veces es desprolija, llego a una determinada cifra y comienzo otra vez desde cero.
Así se transforma en el cuento de nunca acabar, además queda invalidada la manía para darle cualquier utilidad práctica.
A modo de ejemplo: en mi casa descarozo aceitunas, las cuales luego relleno y las coloco en frascos para vender.
Aceitunas que siempre son contadas mientras las despojo de su carozo.
Sé a ciencia cierta que cada frasco contiene treinta y ocho.
Aquí mi manía podría tener la utilidad de conocer de antemano cual va a ser mi producción.
Pero no. Como dije cuento sin pensarlo y desprolijamente.
Por lo tanto llego a veinticinco, (por dar un ejemplo) y comienzo desde cero, llego a treinta y tres y comienzo de cero, luego a setenta y ocho y vuelta a comenzar.
De esta manera nunca se cuántas aceitunas tengo.
Cuando las envaso siempre es una sorpresa la cantidad de frascos llenados.
Ósea, totalmente al pedo mí cuenta.
Algunas veces se agiganta mi ego y me cuelgo pensando, -“tal vez en una vida anterior fui un matemático prestigioso”.
Luego, observo mi frasquito de aceitunas, y me convenzo.
¡No!... solo soy, un loco que cuenta.