INSTRUMAN

INSTRUMAN NO ES UN SUPERHEROE,
ERA UNA METALÚRGICA DONDE TRABAJABA A LOS DIECIOCHO AÑOS.
AHÍ FABRICÁBAMOS TERMÓMETROS Y MANÓMETROS PARA BARCOS.
ESTOS SON RELOJES QUE LLEVAN LA SALA DE MAQUINAS DE LOS MISMOS.
CADA TANTO TENÍAMOS QUE IR AL PUERTO DE BUENOS AIRES, A CAMBIAR LOS APARATOS VIEJOS, POR LOS NUEVOS DE NUESTRA FABRICACIÓN.
GENERALMENTE LA BRIGADA ESTABA COMPUESTA POR, ESPECHE,
MAIDANA, EL URUGUAYO, FINITO, YO Y EL CAPATAZ.
EL APODO DE FINITO ERA DEBIDO A SU DELGADEZ EXTREMA.
ERA DE ESOS QUE TIENEN QUE PASAR DOS VECES PARA HACER SOMBRA.
RECUERDO QUE EL URUGUAYO SE LLAMABA WILSON,
PERO A FINITO, NO SE LE CONOCÍA OTRO NOMBRE QUE NO FUESE ESTE.
LA TAREA DE REPARACIÓN DE UN BARCO NO TENIA HORARIO, SE REALIZABA HASTA TERMINARLO.
DESPUÉS DE LAS OCHO HORAS, NOS CORRÍAN LAS EXTRAS, ERA MUCHO ESFUERZO,
PERO A FIN DE MES SE NOTABA LA DIFERENCIA.
UNA VEZ ESTUVIMOS TODO EL DÍA Y TODA LA NOCHE TRABAJANDO.
A ESO DE LAS NUEVE DE LA MAÑANA PARAMOS UN RATITO A TOMAR UN CAFÉ,  QUINCE MINUTOS NOMAS.
NOS PUSIMOS DE PIE PARA SEGUIR CON EL TRABAJO.
NOS PARAMOS TODOS, MENOS FINITO, QUE CAYO SECO AL PISO.
LO RODEAMOS MIRÁNDOLO ASUSTADOS, EL CAPATAZ ARRODILLADO LE DECÍA  "FINITO, FINITO", MIENTRA LE DABA PALMADAS EN LA CARA.
¡NADA, PARECÍA MUERTO!
SE HICIERON ETERNOS, LOS MINUTOS QUE TARDO EN LLEGAR LA AMBULANCIA.
ENTRE LA CONSTERNACIÓN DE TODOS LOS QUE LO RODEÁBAMOS, EL MEDICO LE TOMO EL PULSO, DESPUÉS LA PRESIÓN  OBSERVO LAS PUPILAS CON UNA LINTERNITA, ABRIÉNDOLE LOS OJOS CON LOS DEDOS.
NADA DE NADA, NO MOSTRABA NINGÚN SIGNO DE VIDA.
AHÍ SE PARO EL MEDICO Y NOS DIO SU DIAGNOSTICO, CRUEL Y PRECISO.
¡ATAQUE DE SUEÑO!
FINITO ESTABA DORMIDO.
EN UNA CAMILLA LO TRASLADARON A UN CAMAROTE, DURO, RÍGIDO COMO RULO DE ESTATUA IBA EL POBRE.
POR PRESCRIPCIÓN MEDICA, FINITO DEBÍA DORMIR, LO MENOS NUEVE HORAS SEGUIDAS.