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lunes, 9 de septiembre de 2013

MI ALTA EN EL HOSPITAL

Hace varios años me diagnosticaron que mi cabeza navega entre dos polos.
Ir a la psicóloga todas las semanas no era problema, cualquiera puede hacer terapia.
Ir al psiquiatra es otra cosa, este significaba que había una patología, mas cuando te llena de pastillas.
No comprendía y negaba mi enfermedad, ni podía comprender en que podía ayudarme la psicóloga
hablándome semanalmente, me imaginaba a la curandera que sana la culebrilla de palabra.
Pronto abandonaba la medicación, ayudaba mucho que esta significaba la mitad de mi sueldo, aunque al principio la compraba igual pero sin tomarla, así mantenía mi stock.
Elegía automedicarme con tres tintos de 3/4 a la semana, concurría a la terapia religiosa y formalmente sin contar nada de esto, nada mas cierto que uno esta loco pero no come vidrios.
Pronto venia una crisis y con ella todas las pastillas juntas regadas con un buen vino, si iba a ser el ultimo que no sea un toro viejo.
Pero nunca fue el ultimo, claro, morirse no es para cualquiera.
Internación, ajuste o cambio de medicación, a veces cambio de psiquiatra, el que no cambiaba era yo, unos meses y otra vez lo mismo.
En la ultima crisis después de dos meses de internación, mi nueva psiquiatra indica agregar al
tratamiento asistir al hospital de día.
Así llegue a proyecto Suma, sumamente asustado por cierto, este lugar estaba lleno de locos,
todos locos menos yo.
Muchas actividades, muchos terapeutas, me dije ¡chau!, estas rodeado, estas hasta las manos.
En poco tiempo fui encariñandome con mis compañeros, comencé a comprender sus dolencias y con la de ellos la mía.
En ese momento para mi, cuatro eran multitud y me incomodaba estar con gente, salvo en el hospital que estaba en grupo de veinte y lo disfrutaba.
Poco a poco fui trasladando esto afuera y pude socializarme.
En unos meses me reía de la locura, jugaba a estar loco y cuerdo a la vez.
Por fin acepte un certificado de discapacidad aunque la mía estuviese escondida, y mi obra social tuvo que hacerse cargo de los $ 1.400 mensuales de mi medicación, aliviando mi magra economía.
En todo este tiempo trate de ayudar a mis compañeros y ellos a su vez me ayudaron a mi.
Con los profesionales como nexo, no les voy a quitar protagonismo.
El poder aceptar mi enfermedad, por lo tanto no abandonar la medicación diaria, como un insulino
dependiente o tantos otros, hizo una gran diferencia.
Así sin querer, jugando en teatro, literatura, arte o musicoterapia, entre otras cosas, fui armándome un andamiaje que permite sostenerme cuando tengo problemas, (quien no los tiene).
Dos años y dos meses después obtengo el alta en Suma, a partir de ahora psicoterapia individual y psiquiatra una vez al mes solamente.
Mas de dos años sin tomar todas las pastillas juntas, sin agrandar innecesariamente la cuenta del gas por abrir la llave, mas de dos años sin alcohol, ¡guau!, que logro.
Agradezco a mis compañeros por esto, a todos esos locos lindos que me llenaron de ternura.
A los profesionales que me atendieron tan bien, siguiendo mi proceso con un empujoncito para que pueda
dar un paso mas.
A proyecto suma por su función social, ya que estuve becado por no contar con recursos para pagarlo.
Y si vos estas comenzando un tratamiento, te sugiero transitarlo sin miedo, te aseguro vale la pena.
Mira, acá estoy, tengo un trabajo, amigos, pinto, escribo, la enfermedad no me impide nada de esto.
Loco, loco, esta mi primo Julio, que siempre en las elecciones corta boleta Macri-Zamora, haciéndome recordar mis dos polos.

3 comentarios:

  1. FELICITACIONES POR EL ALTA, POR COMPRENDER Y ASUMIR TU DISFUNCION Y POR SOBRE TODO POR ESTAR SIEMPRE Y COMPARTIR, CON TU HUMOR CARACTERISTICO, ESO Q PARA MUCHOS ES ATROZ!!!!!! BS

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  2. Te felicito Claudio. Se me puso la piel de gallina. Un gusto haberte conocido y haber podido transitar este camino con vos. Muchas gracias!!!!

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  3. VAMOS EGIPCIO!! me encantó!! Hace muy poco volví de España y lo primero que me dicen al llegar a Suma es "se fue Clau". No me pareció nada raro, es la etapa que te toca afrontar. Hablamos que te extrañamos y nos alegramos a la vez porque sentás un buen precedente para otros. Gracias por tu solidaridad, sencillez y sabiduría.
    A todos los pacientes y no pacientes de Suma de un modo u otro nos enseñaste algo, ayudaste, contuviste, asesoraste, alegraste..
    Seguí luchando, manteniendo a raya esa parte oscura y por fa contá siempre conmigo, con Suma, con la gente que sabés que te quiere y puede. Besos amigo!

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